Adiós Navidad

Navidad 01Sí, adiós Navidad, pasé mal la ausencia de mi hijo, de mis gatos, pero tuve compañía que ayudó a no sentirme tan mal. Ahora con fuerzas renovadas veré y disfrutaré de la presencia de mi hijo dos horas conmigo.

Otras cosas me importan pero menos, lo que no ha de ser, déjalo pasar. Te ilusionas porque eres de carne y hueso, en batallas más grandes he bregado y aquí estoy, con menos bagaje, pero más ligera.

Hay prioridades en mi vida, por qué sufrir con lo que nunca ha sido prioridad, me apoyo en lo que quiero y digo adiós Navidad.

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Ser ola en el mar

Mar 05Me siento mal cuando las cosas de la vida no me acompañan y lo bueno que pueda haber en ella desaparece. Mis animales, mi salud, todo lo que se ha quedado por el camino.

¡Cómo duele!, dolor difícil de aliviar, pero aquí estoy, con mi hijo por teléfono, escuchando que ha ganado un partido de pelota a mano.

Así empecé a edad temprana a ganar mis medallas.

Pido a Dios que no complique demasiado la vida de mi niño, cuando estoy con él olvido todo, pero cuando no está es difícil ser ola en el mar.

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Sé que me quieres

Aunque de vez en cuando las dudas se me aparecen, sé que me quieres, aunque no te salgan los gestos de cariño, sé que me quieres y los besos te los doy por los dos.

Ya no dibujas nada para mí ni me haces nada para el día de la madre, sé que me quieres, se me olvidó el Kinder Sorpresa y sabías que te lo iba a comprar, me lo pediste y te lo compré por partida doble, sé que me quieres.

No me cuentas todo lo que acontece en tu vida día a día, después de tanto tiempo sin verte quizás yo te quiera el doble, pero yo sé bien que me quieres pequeño mío, por cómo me miras con tus ojos azules, las dudas desaparecen porque eres parte de mí, sé que me quieres.

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La Planta

Medico 03La voz me vuelve a despertar de mis sueños una vez más, porque si puedo soñar que no estoy aquí y puedo ilusionarme con que esto no es más que una mala pesadilla, podré tener fuerzas para levantarme de este pozo tan mono-capa. Pero abro los ojos y allí están ellos otra vez, con sus batas y esos guantes tan estériles que llegan a revolver mis tripas con su olor.

Entonces hablo hacia mi yo interior y le digo ¡tenía sed!, pero me di cuenta de que la copa de las ilusiones estaba vacía al despertar y descubrí que un enjambre en mi cabeza me roba las noches. No me dejes solo porque ahora me siento muy pequeño al despertar de mis pesadillas y ver que nada ha cambiado y todo sigue igual. Necesito que me abraces fuertemente desde el interior, no me hables, que la tristeza no se quiere ir, y no sé qué duele más, si el dolor o esta tristeza que no me abandona, abrázame y dame fuerza. Como una noche de invierno un manto de nieve, un corazón frágil y desnudo tortura de vida, abrázame, y dame fuerza.

Mi mirada cansada se pierde observando la habitación y es como si un fantasma hubiese vuelto, las mismas camas, el mismo color en las paredes. En esta planta es como si de repente se hubiera parado el tiempo, pasillos vacíos y ese silencio, la planta tabú la llamo yo, pues nadie quiere estar aquí, ni hablar, ya que se habla con la mirada. Ese silencio, aunque a mí me guste mucho, te llega a agobiar, pues es como estar desconectado del mundo exterior, una sonrisa fingida y forzada es todo lo que puedo ofrecer en esta planta a la que nunca creí que volvería.

Necesito alas rompiendo y suave brisa que calme el dolor de estas largas noches, vuelve el sudor en estas noches interminables en la planta. La senda se estrecha hasta arrastrarte al final del sueño, que te lleva a un tiempo casi olvidado ya paraíso inventado para jodernos bien. En brazos de la soledad sigo vendiendo mi alma al diablo, vamos a engañarnos y vamos a decir que esto va a durar siempre, perderme en tus brazos tan vacíos, cómo hablar aquí si parte de mi mente es tuya, en esta planta no encuentro la palabra que describa todo esto ya vivido en un pasado no muy lejano todavía para olvidar, quisiera saber si sería posible, tú ya me conoces, yo ya he estado aquí recorriendo tus pasillos, lo mismo que hoy, necesito que me ayudes a encender el fuego que llevo dentro, necesito correr sin mirar atrás y salir de aquí cuanto antes.

“Cuando dolor y sufrimiento andan de la mano, ten cuidado porque te arrollarán sin contemplaciones”

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Diez años de relación

¡¡¡GANADOR DEL CONCURSO DE RELATOS 2015!!!

Elisabette GanadorNo estaba yo en mi mejor momento, toqué fondo en el terreno laboral. Era camarera y ayudante de cocina, cuatro o cinco días trabajando y no dormía por las noches; urgencias y la baja. Un año pasaría hasta el tribunal médico.

Pero a nivel emocional, entonces, la vida me sonrió, conocí por un anuncio al que sería quizá el hombre de mi vida. Me quedaba algo de lo que había sido como deportista y guardaba una buena figura, también la edad acompañaba, 28 años. Las líneas de la vida aún no poblaban mi cara.

Él no estaba gordo, pero tenía algo de tripa, bebía demasiada coca-cola, luego con el tiempo la dejaría. Ojos azules grisáceos, poco hablador, muy educado y amable. Me gustó y yo creo que le gusté, comenzamos a quedar todos los días, así durante tres meses. Hasta que me dijo de ir a vivir con él.

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Mirando hacia la ventana

SEGUNDO CLASIFICADO DEL CONCURSO DE RELATOS 2015

Escaleras 02Lo veo a él tomando café, bebe un sorbo de agua de un vaso que está al lado, mientras escribe unas letras en un pequeño libro. Recuerda con fugaces destellos todos los momentos de su vida por los que ha pasado. Recuerda una infancia perdida, observa a unos niños jugando en un día de nieve, se ve a él mismo tirando bolas de nieve gigantes. La nieve esta fría entre sus manos, le gusta su color, es blanca, se deshace entre los dedos, tantas cosas se le escapan entre los dedos ahora que lo ve. La nieve es fría, pero cuando la acaricias te da un tremendo calor que recorre todo tu cuerpo. Su frescor te despierta como la brisa de la mañana. Los días son blancos cuando nieva.

Ve dos niñas jugando en la nieve con su amplia sonrisa, tirándose delicadamente bolas de nieve, y recuerda cuando se ataba sus zapatillas, se ponía su gorro de capucha y salía a correr bajo las estrellas. Recorría la ciudad, pasando por delante de los edificios sombríos, corría porque tenía miedo, miedo de no gustarse como era. Se sentía gordo, no hacía más que comer, no se gustaba como era, no le gustaba el aire que respiraba. Quería salir de allí, todos los días corría. Tenía un sitio donde ir, pero el miedo e inquietud de la juventud le hicieron tomar otro camino.

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¿Dónde estoy?

Oscuridad 01¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? Esas son algunas de las preguntas que recorren mi mente, demasiado aturdido y desorientado para poder pensar con claridad y sacar conclusiones objetivas, además todo esta oscuro y no se ve nada, me cuesta mucho moverme, hasta el punto de no poder incorporarme, con la incógnita de no saber dónde estoy realmente, con la oscuridad y no tener una referencia resulta complicado. Mal momento este para haber dejado de fumar recientemente, porque el encendedor o unas cerillas me hubiesen venido de perlas. Pruebo con la linterna del móvil pero casualmente está sin batería, con la luz del reloj imposible, demasiada oscuridad. Alto, que ese ruido son mis jadeos y mi corazón que palpita como si se fuera a salir del pecho, parezco un caballo de carreras antes de la salida. Voy a intentar calmarme que no está la situación para que me dé un ataque de pánico, recuerdas lo que pasó la última vez, claro, que perdiste el control, el miedo y el pánico se apoderó de ti y consiguió controlar la situación por ti, con lo que conlleva: bloqueo, indecisión, sensación fría, taquicardia.

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Un cielo para los animales

Animales 01Fue ya, con casi cuarenta años, que pude sentir la bondad de ciertos animales, por los que tuve y tengo, aún hoy con casi cincuenta años.

Mi primer contacto aquí en Navarra, después de mucho tiempo de mi venida desde Donosti con veinticinco años, sucedió en Santesteban con treinta y nueve años.

Un día conocí a Bobi y a Chispita, eran los perros de los aitatxis de mi hijo. Recuerdo la primera vez que los vi, estaban al lado de la casa en sendas casitas de madera. Era invierno, hacía mucho frío y había barro a causa de la lluvia, pero aún así fui a saludarlos. Dos perritos ratoneros, Chispita era la más movida, dos caricias le bastaban para estar más que contenta.

Solía ir a ayudar a hacer las tareas del hogar de los aitatxis, y cuando se echaban la siesta cogía a Bobi y a Chispita y los llevaba a pasear por el monte, eran momentos de tranquilidad y sosiego para mi alma y de bienestar para los perros.

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Hija mía

Padre e hija 01Hija mía, es mejor vivir en un camino alegre que llorar de pena ante algo interminable.

Tengo trastorno bipolar pero lucho por mejorar día a día. Cuando estoy contento, tus anhelos son mi sosiego; tu esperanza recorre todo mi cuerpo como las aguas del río tranquilo fluyen al mar.

Tienes que saber, también, que otras veces, como me ocurre a mí, esta agua discurre tempestuosa y arrastra todo lo que encuentra a su paso, y puedes, incluso, quedarte atrapado por en su fondo y no resurgir. Pero es, entonces, cuando todo vuelve a la calma y mi alma callada vuela y se encuentra, de nuevo, en tu camino.

A veces, me siento acorralado, quizás, perdido. Habrá buenos y malos momentos. Pero, hija mía, si sabes sobreponerte encontrarás una razón para ser feliz. Te indico el camino, pero tu destino sólo lo puedes forjar tú misma. No conozco el final porque yo, todavía, estoy en este trayecto. Pero si respetas a los demás y te dejas querer, al final, encontrarás la felicidad y, con ella, tu libertad como ser humano que es capaz de amar a los demás.

Hija mía, un día crecerás y yo no estaré allí para protegerte. Pero recuerda siempre que, aunque a veces he tenido mis altibajos, yo siempre te he querido y, me encuentre donde me encuentre, encontrarás esa paz interior en la que siempre has estado y lograrás ubicar, por fin, el trayecto en el que un día hallarás la felicidad lo mismo que la encontré yo.

• El Azor •

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Agur Lur

Agur LurHoy como otra noche más ya desde hace días he amanecido junto a ti, tu mirada penetrante se vuelve a clavar otro día más en mí, aunque sé que tu mirada es tu forma de comunicarte y expresarte conmigo, esta vez no está en mis manos que te puedas quedar un poco más conmigo. Hace ya calor pero mi cuerpo y mi mente están helados, una sensación conocida ya por mí recorre todo mi cuerpo y mi mente, como si empezase a leer un libro en el cual ya se sabe el final de antemano. Sacaste fuerzas durante 10 días pero ya te quedaste vacío y entiendo que te rindas, ahora mismo te voy a dejar que te vayas a dormir que ya toca descansar, pero nos toca descansar a todos, pues las noches y los días han sido muy largos. Voy a resetear mi mente y tratar de recordar tiempos mejores, por ejemplo cuando te acogí conmigo cuando tu familia no te quería, sabes que me diste mucho trabajo y la reeducación fue laboriosa, pero mereció la pena, por fin tenía un compañero con el cual podía ir a la montaña, a la nieve, a escalar, sin que me pusieran la típica excusa de “finde = a bares”. Aizkorri, Txindoki, hay muchas más pero están eran mis cimas favoritas porque en ellas había grandes precipicios a los cuales tú te asomabas sin temor, como el más experimentado montañero, recuerdo esas invernales donde jugabas y te peleabas con la nieve tratando de abrirte camino, me encantaba hacer travesías en la nieve, girarme y ver tus huellas a la par de las mías, lo poco que te gustaba el agua pero cuando bajábamos a Zumaia perdías todos los temores y te sumergías en las aguas saladas. En este punto no me queda más que despedirte como te mereces y es esparciendo tus cenizas allá donde empezó todo esto, una mágica y fantástica relación que empezó hace diez años. Te dejaré en Legazpi donde yo te eduqué, aunque fui yo quien aprendió de ti.

“MILA EZKER LUR, ZUK NI LASAITU NAUZU”

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