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Cuando maduran los madroños

El fruto del madroño al igual que la endrina, son frutos silvestres, sabe como el melocotón y contiene muchísima azúcar, lo cual es peligroso tomar demasiados, pues puedes acabar beodo. Elijo estas fechas, en las que madura el madroño, noviembre y diciembre, para dar un repaso de lo que ha sido de mí durante este año pasado y elijo el madroño, para encabezar este relato, pues donde vivo en Sarriguren hay varios y suelo probar sus frutos.

Me miro al espejo y veo los cuarenta y nueve años reflejados en él, las arrugas pueblan mi cara, los ojos semi-cerrados, por haber visto cosas que quizá no debí ver, el pelo aunque teñido con la textura de las canas que endurecen el cabello.

Al principio todo iba bien, mis dos amigos mis gatos, de pronto comencé a dormir mal hasta que ya no dormía nada ni siquiera con las pastillas, pasé muy mal esas fechas.

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La Planta

Medico 03La voz me vuelve a despertar de mis sueños una vez más, porque si puedo soñar que no estoy aquí y puedo ilusionarme con que esto no es más que una mala pesadilla, podré tener fuerzas para levantarme de este pozo tan mono-capa. Pero abro los ojos y allí están ellos otra vez, con sus batas y esos guantes tan estériles que llegan a revolver mis tripas con su olor.

Entonces hablo hacia mi yo interior y le digo ¡tenía sed!, pero me di cuenta de que la copa de las ilusiones estaba vacía al despertar y descubrí que un enjambre en mi cabeza me roba las noches. No me dejes solo porque ahora me siento muy pequeño al despertar de mis pesadillas y ver que nada ha cambiado y todo sigue igual. Necesito que me abraces fuertemente desde el interior, no me hables, que la tristeza no se quiere ir, y no sé qué duele más, si el dolor o esta tristeza que no me abandona, abrázame y dame fuerza. Como una noche de invierno un manto de nieve, un corazón frágil y desnudo tortura de vida, abrázame, y dame fuerza.

Mi mirada cansada se pierde observando la habitación y es como si un fantasma hubiese vuelto, las mismas camas, el mismo color en las paredes. En esta planta es como si de repente se hubiera parado el tiempo, pasillos vacíos y ese silencio, la planta tabú la llamo yo, pues nadie quiere estar aquí, ni hablar, ya que se habla con la mirada. Ese silencio, aunque a mí me guste mucho, te llega a agobiar, pues es como estar desconectado del mundo exterior, una sonrisa fingida y forzada es todo lo que puedo ofrecer en esta planta a la que nunca creí que volvería.

Necesito alas rompiendo y suave brisa que calme el dolor de estas largas noches, vuelve el sudor en estas noches interminables en la planta. La senda se estrecha hasta arrastrarte al final del sueño, que te lleva a un tiempo casi olvidado ya paraíso inventado para jodernos bien. En brazos de la soledad sigo vendiendo mi alma al diablo, vamos a engañarnos y vamos a decir que esto va a durar siempre, perderme en tus brazos tan vacíos, cómo hablar aquí si parte de mi mente es tuya, en esta planta no encuentro la palabra que describa todo esto ya vivido en un pasado no muy lejano todavía para olvidar, quisiera saber si sería posible, tú ya me conoces, yo ya he estado aquí recorriendo tus pasillos, lo mismo que hoy, necesito que me ayudes a encender el fuego que llevo dentro, necesito correr sin mirar atrás y salir de aquí cuanto antes.

“Cuando dolor y sufrimiento andan de la mano, ten cuidado porque te arrollarán sin contemplaciones”

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