Se puede viajar de un sitio a otro y disfrutar del paisaje, de pueblos, de ciudades, de las personas que viven en ese entorno y aprender cosas nuevas.
Normalmente, se suele salir de viaje cuando se va de vacaciones y, estos días, suelen ser de relax: intentar cargar las pilas para volver a nuestro lugar de origen con energías renovadas.
A mí, personalmente, me gustaría hacer un viaje a un lugar de fantasía (esto suele darse en los cuentos) donde todo fuese felicidad y armonía y los problemas, que asolan hoy en día a la sociedad, no existiesen. Todo se compartiría y nadie sería más que nadie. Pero esto es una utopía y el mundo real en el que vivimos es muy diferente.
Se puede viajar dentro de uno mismo y conocerse mejor, pero éste es un viaje por la mente que entraña riesgos y, a veces, se puede caer en un pozo sin fondo donde, quizás, no se encuentre la salida.