A veces, la imposibilidad de tener más cosas o situaciones nos lleva a soñar. Soñar con una casita donde vivir con mi amigo que casi es un hermano para mí. Poder ver a Patxi más a menudo, que durmiese alguna vez en mi casa, no tener tantos altibajos, poder ir a Donosti y no tener que estar tan apretada con el dinero.
Son tantas las cosas que pensamos que nos faltan y a veces escuchas que hay que vivir con lo que se tiene, pero los sueños están para soñar y aunque soy un poco ambiciosa y aunque sepa que tal vez no se cumpla nada, yo me atrevo a soñar despierta, pues como decía Calderón, la vida es sueño y los sueños son posibles o no posibles, ahí están para luchar por ellos, y si algo se consigue, mejor.
Tenemos el poder de imaginar y sentir por un segundo que todo podría ser posible y creemos que tal vez algo se cumplirá, por eso a pesar de todo, no perdemos las esperanzas y seguimos soñando porque es bueno soñar.