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A estribor

Es la mar unas soledades. Amúsicas navegan. El bote marinero advierte las olas altivas que velan la placidez de la luna, sus navajas y sus ojos galácticos. No se puede acuñar la vacía voz del dolor, es sal viva. Una excitación que llena el valle de elegías y lamentos. La olvidadiza memoria unos besos dados a la contra en estas calles desvariadas y marineras. Aquí donde todas las pasiones devienen hacia el fluir del ser a una disposición distinta y extensa. Poblada de distancias e historias inefables, que sustraen el desierto y el agua, desde una aurora inexplicable. Traen el rigor de una navegación constante. Desde un alado experimento los personajes de la epopeya oceánica se definen en vidas sencillas y desapariciones.

Las marionetas traviesas y las diligentes artes. Habitados igual a máquinas estropeadas, seres de guiñol justifican al estado central su hipocresía y a las costumbres malsanas, a la farsa faraónica que los cargos públicos ejecutan.

Por las grises calles ennegrecidos por las últimas lluvias y bajas nubes los rebeldes se esparcen por los garitos R&R y otros bares tipo garaje, donde se escuchan las músicas diversas y variadas, nostalgias del futuro. En medio de aquella tasca rugiente algunas mujeres se prueban a bailar locamente y sus insinuaciones nos alargan la noche spiritosa.

Navego y los signos que la noche abre en ésta zona del universo son ganas de vivir tras de habitar largo tiempo lo negro que se debate insomne, el antihéroe no tiene en las ojeras gangrena y las amusicas desembocan por calles flotantes en el ingente mar de otras tierras lejanas. Lamentaciones y destierros, torvas espinas, y ese silencio atroz y desconsiderado, que rompemos a base de citas y canciones, baile y sonrisas.

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La Miga

04bTodo empezó a los doce años cuando un tren arrolló y mató a mi amiga. Yo no lo supe pero sospecho que aquel accidente cambió mi manera de ser, de pensar y de sentir. Tardaron unos años en diagnosticarme esquizofrenia y bulimia atípica. Intenté llevar la vida normal, estudié y trabajé sin éxito pero nunca estaba satisfecha (angustia y ansiedad). También intenté tener relación con amigas y pareja, tampoco lo conseguía, porque me invadían pensamientos negativos que me hacían sufrir.

Ahora que soy consciente de que esos pensamientos puedo cambiarlos por otros más positivos, me encuentro más contenta, satisfecha y tranquila. Gracias a mi madre tengo un techo y un plato de comida y ninguna preocupación económica.

Estoy ilusionada con el deporte, ANASAPS, el barrio donde vivo, mis amigas y el cine, y me siento afortunada de vivir con mi madre y mi perrita.

Desearía en el futuro ser lo más independiente que pueda, para mí es importante tratarme bien y tratar a las demás personas bien.

• Pan •

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