Con once años, le das a tu ama tus trofeos, y yo te quiero por tu regalo, te quiero cada día más porque te acuerdas de tu madre pequeño mío. Apruebas todos los controles y eres buen pelotari. Cariño, sigue así y yo rezaré para que Dios te conceda todos tus sueños. Comparte tus buenos momentos con tus amigos pero no trastees demasiado, sino el aita se enfadará, yo te perdonaré pero te daré esos consejos que da una madre a su niño. Sonríe a la vida y ella te sonreirá. Acuérdate de las cosas que te dice tu ama. Bueno hijo mío que sepas que mientras pueda tu ama estará ahí entre el cielo y la tierra para ti.