Hace pocas semanas me he vuelto a introducir en ese mundillo de la fotografía, la verdad y debido a no poder ir a la montaña a cierto nivel, hacía años que la tenía arrinconada y cada vez que nos encontrábamos cara a cara la lente y yo ella me hablaba:
— Me decía: Me siento sucia anda sácame el polvo de encima.
— Sácame de paseo pues me siento agarrotada y encerrada.
— ¡Por favor actualízame! Me siento de otra época.
Generalmente miraba hacia otra parte y no reflexionaba sobre ello, y es que al no poder disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor la perspectiva cambia bastante y el trasmitir y expresar una óptica desde tu particular visión es muy complicado, en fin.
El cuerpo se va haciendo mayor y empieza a enseñar su cara más perezosa ¡ojo! El cuerpo, porque mientras mi mente se sienta joven y fresca, ella y yo seremos capaces de hacer todo lo posible para motivar a la musculatura para que dé pequeños pasos.
“EL PENSAMIENTO ES UN ARMA MUY PODEROSA EN MANOS DE UNA MENTE CREATIVA”
Con mucha nostalgia decidí vender mi equipo analógico, vi el desprendimiento no con tristeza y melancolía sino como un cambio a mejor, además es ya muy difícil y caro encontrar película para diapositivas. Así es como empiezo a descubrir el mundo digital, descubriendo que yo también me tengo que actualizar con el nuevo equipo, complejo y pesado al principio, pero a la vez muy bueno para mantener mi mente activa, ¿acaso la vida no trata de eso, un constante aprendizaje?, pobre de aquel que diga que lo sabe todo y no necesita reciclarse por que se estará acomodando en la ignorancia.
Descubriendo todo un mundo de posibilidades a mis pies, y es que ya no hay excusa para quedarse en casa, descubriendo que la óptica llama a pasear en busca de esa foto fabricada en mi cabeza, buscando la perfección, ese detalle, no sé, todo lo que mi mente sea capaz de imaginar y crear, quizás no la encuentres nunca pero ahí reside toda su magia y misterio, y no salir simplemente a disparar compulsivamente como si de un concurso se tratara, saliendo como si de la primera foto se tratara, con la ilusión de un niño chico, esa es la ilusión que te lleva a no rendirte cada vez que sales de rally fotográfico. Descubriendo que por muchos años que pasen las pasiones se vuelven a reencontrar con mucha más fuerza, al ponerme en contacto después de tantos años con mi antiguo profesor de fotografía en la escuela taller, la pasión que tenemos en común por la fotografía en blanco y negro, no hay distancia ni paso del tiempo que consiga disolverla. Manera de ver este mundo a veces fuera de lugar para mí hablando de la época que me ha tocado vivir, me da mucha tranquilidad ese monocromo, no sé, tanto “color” despista y dispersa mi mente, va más con mi inquietud y curiosidad el carecer de pistas para llegar a la conclusión, si es una foto actual o de época, en definitiva el blanco y negro deja la puerta abierta a mi mente para poder jugar mucho más.
Me parece una forma estupenda de expresión fascinante y objetiva de la diversidad ocular.